En una entrevista que le hicieron a Einstein, "what life means to Einstein?", menciona que leer un poco está bien, pero que leer mucho diverge la mente y obstruye el sentido común. La primera vez que leí esto me hizo reflexionar, ya que en algún sentido es cierto que leer mucho puede confundirte, hacerte pensar que las cosas son mucho más complejas de lo que son, o tienen más matices de los que realmente tienen.
Pero más allá de esto, he descubierto alguna suerte de heurística respecto al hecho de leer, porque por mi propia experiencia también he notado que la lectura en exceso puede llegar a obstruir la claridad del pensamiento. Lo que pienso respecto a esto es que para leer muy poco es mejor no leer nada, más bien lo único que sirve es leer mucho y constante.
Mi razonamiento respecto a esto es que cuando uno lee muy poco, cualquier lectura nueva genera un impacto mucho más grande y te puede desorientar. Quedarse con el sentido común en este caso es mucho más eficiente. Ahora bien, cuando uno lee mucho y va construyendo un panorama de ideas bastante parejo, uno comienza a gobernar su propia vida, de acuerdo a sus propios parámetros, pero con el costo de construir un marco de vida con riesgos ocultos.
Es como leer sobre cómo criar mejor a tus hijos, involucrarse en técnicas validadas científicamente pero implementarlas mal. Esto trae enormes costos frente a haber adoptado lo estándar, sin saber tanto del tema y siguiendo lo básico que ya existe.
Pero volviendo a la lectura, noto que cuanto más uno lee, cada vez es más difícil que una nueva lectura o idea te altere todos tus valores o forma de vida. Al superar cierto umbral, uno ya construye un mar de ideas y lecturas que lo vuelven inmune a una nueva idea barata que pueda alterar el orden de tu vida.
Y por último, también depende mucho el enfoque que uno hace al momento de leer. Leer para buscar respuestas es un error: lo más probable es que uno encuentre las respuestas equivocadas. El ser humano es muy astuto para ir hacia esos recursos que ya validan lo que pensamos, y lo único que buscamos es recolectar evidencia para validar una idea o intención que ya habíamos decidido de antemano.
Como yo lo tomo, leer es un acto que va en vía paralela a nuestra vida, es un proceso deliberado, sin objetivos, de ingreso de combustible a nuestro cerebro, o de lubricante, que hace que nuestros pensamientos fluyan mejor. Ni siquiera hay que recordar lo que uno lee, esos mensajes que uno ingresa al cerebro viven en segundo plano, y sin darnos cuenta, dan forma a las decisiones y emociones que nos tocan a posteriori.
Ser selectivo en que mensajes, palabras o ideas metemos en nuestra cabeza es fundamental para que luego nuestro sistema automático, el responsable de muchas de nuestras decisiones, opere con el combustible correcto.